La sobrepesca y la pesca ilegal ponen en riesgo a varias especies marinas. Incluso, esta práctica perjudica a los países que aplican medidas sostenibles en sus procesos de capturas.
Es justamente esta la modalidad a la que recurren las flotas mexicanas. Por ello, el país centroamericano fue vetado en el mercado de los Estados Unidos por incumplir los límites de mortalidad de pesca sobre delfines, es decir, no acogerse a la etiqueta dolphin safe. Sus productos están prohibidos en grandes cadenas de supermercados, entre ellos, Walmart.
Por la sobrepesca, se estima que cuatro de cada 10 especies pesqueras se encuentran sobreexplotadas, como los delfines (suelen nadar junto con los atunes), robalo, huachinango, entre otros.
Como resultado, el producto de México tampoco cuenta con la certificación sanitaria para ingresar al mercado europeo, ya que fueron sancionados por utilizar cubas duales, es decir, llevar combustible en donde se almacena la pesca.
Además, en el reciente informe NOAA Fisheries al Congreso sobre la Mejora de la Gestión Pesquera Internacional, México, República Popular China y la Federación de Rusia recibieron certificaciones negativas por no tomar medidas para remediar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (Indnr).
También, la nación centroamericana obtuvo otra negación por la falta de un programa regulatorio comparable para reducir o minimizar la captura incidental de las tortugas bobas del Pacífico Norte, las cuales están en peligro de extinción.
Es por ello que, ante el cierre de las puertas de los mercados internacionales a México, las flotas de dicho país se ven obligados a intentar enviar el producto por la ventana, a través de comercializadoras ecuatorianas.
Esta estrategia desleal podría afectar los esfuerzos del sector pesquero ecuatoriano, que busca alcanzar una tarjeta verde en la Unión Europea. Al involucrarse con México, que no cumple con estándares de pesca sostenible, Ecuador podría verse afectado hasta el punto de recibir una tarjeta roja.
Hay que recordar que cada barco cerquero ecuatoriano cumple con un riguroso proceso. Están acompañados de un observador científico, pescan la cantidad del cupo asignado, entregan el producto en puertos autorizados y cumplen una veda de 72 días al año. Normas que evaden las flotas mexicanas.
Por ello, el sector pesquero ecuatoriano exige a las autoridades control a las comercializadoras que pretenden aceptar el producto mexicano con sobrepesca, lo que marcharía a Ecuador y los podría poner en cuerda floja.