La ministra de Ambiente, Sade Fritschi, sigue en el ojo del huracán. La gestión, desde que asumió su papel, está en medio de escándalos y problemas.

Lo último ocurrió durante la comparecencia en la Comisión de Biodiversidad de la Asamblea Nacional. Aunque hubo expectativas por el caso Olón, que involucra a la empresa Vinazin de la primera dama, Lavinia Valbonesi, la funcionaria se centró en el caso Mecheros.

“Decirle que no hay misterio que una licencia se demora mínimo 6 meses en ser emitida y un registro ambiental puede ser emitido en 2 días. Sin embargo, daré más información. La información es pública”, respondió la ministra sobre el caso Olón.

La eliminación de los mecheros, como uso en los proyectos petroleros, es un tema que trascendió con la ayuda de cinco niñas que alzaron su voz en la Amazonía ecuatoriana. Sin embargo, la respuesta de la ministra ante el Legislativo genera más incógnitas respecto al cumplimiento de su papel.

Ante las preguntas que se le realizaron a Fritschi, se pudo constatar que leía las diapositivas y no profundizaba. Cuando la asambleísta Sofía Sánchez consultó la cantidad de mecheros que habían sido apagados hasta la fecha, la respuesta fue que ese tema le correspondía al área de energía y minas

Y, en medio de esa tensa reunión, se esperaba alguna intervención por parte de Fritschi sobre el caso de los manglares en Olón. Solo se ha referido al tema a través de un escueto comunicado en sus redes sociales. Sostuvo que seguirá trabajando para impulsar el desarrollo del país y que toda la información acerca del proyecto urbanístico Echo no corresponde a un área protegida.

Pero no es el único señalamiento contra la ministra. Otras polémicas surgen por las manifestaciones en Palo Quemado, el encuentro con supuestos monjes del ficticio país de Kailasa, el uso de pirotecnia en las Islas Galápagos y el llamado a comparecer ante la Asamblea Nacional.

Pese a los constantes cuestionamientos, Fritschi reniega de las críticas en contra de su gestión. Su desempeño genera controversia en redes sociales. Como era de esperarse, la ministra respondió de manera general e inhabilitó los comentarios.

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