Desde hace siete años el edificio del Conservatorio de Música Antonio Neumane, ubicado en las calles Hurtado y Esmeraldas, centro de Guayaquil, se encuentra cerrado y sus estudiantes fueron reubicados.
Sin embargo, el pasado 31 de mayo los padres de familia y estudiantes alzaron su voz de protesta con el fin de que el establecimiento retome sus actividades, pero no han tenido una respuesta positiva al pedido.
“Las condiciones son pésimas. Están en un aula separados por pleibo y la parte superior no está cubierta, por lo que no hay la acústica necesaria para las clases”, indicó Diana Robalino, representante de los padres de familia, quienes piden que hasta se de un espacio en comodato que cuente con la infraestructura necesaria.
Ante esta situación, Alexandra Villacís, delegada de la Defensoría del Pueblo, explicó que interpusieron una acción urgente para encontrar solución al problema que se ha arrastrado por siete años. “Estamos en una reunión con los representantes de Educación y de la institución afectada, esperando que nos presenten una alternativa”, dijo.
La funcionaria indicó que en caso de no encontrar alternativas positivas se ejecutarán otras acciones que den solución al problema.
Según los padres de familia existe un informe técnico de la anterior sede, el cual no se ha hecho público. Pero, insisten en que de no haber solución se defina un área con todo lo necesario para que los más de 500 estudiantes reciban sus clases en condiciones adecuadas.
En 2014 hubo un incendio en el edificio, pero en 2017 los jóvenes fueron desalojados del edificio. Luego fueron trasladados a las instalaciones del colegio Vicente Rocafuerte y República de Costa Rica.