Google Maps actualizó este jueves las imágenes satelitales de la ciudad ucraniana de Mariupol. Se observa el panorama devastador luego de un año de combate en Donbas, región tomada en mayo de 2022 por las tropas del presidente de Rusia, Vladimir Putin.
En las fotografías aparecen edificios destruidos, plazas arrasadas, calles desoladas y un sinnúmero de casas reducidas a escombros por el accionar bélico del Kremlin. Está el Teatro Dramático Regional Académico de Donetsk, que sirvió como refugio antiaéreo y donde murieron cerca de 600 personas tras ataque ruso.
En las imágenes satelitales, las áreas verdes están calcinadas por la detonación simultánea de 2 bombas de 500 kilogramos. Para Amnistía Internacional, este acto irracional ordenado por Putin constituye un ejemplo claro de un crimen de guerra.
Después de meses de rigurosa investigación, análisis de imágenes de satélite y entrevistas con decenas de testigos, llegamos a la conclusión de que el ataque fue un claro crimen de guerra cometido por fuerzas rusas. Muchas personas resultaron heridas o perdieron la vida en este despiadado ataque.
Agnès Callamard, Secretaria General de Amnistía Internacional
La destrucción abarca uno de los centros comerciales más importantes de la ciudad. La infraestructura del Portcity Shopping Mall sufrió daños, especialmente en el techo, producto del impacto de misiles y artillería del Kremlin. La actualización de Google Maps también da cuenta de la desolación en la zona, del tendido eléctrico destruido y campos calcinados.
Según la denuncia del asesor del alcalde de Mariupol, Petro Andryushchenko, las imágenes datan de marzo y prueban que las fuerzas rusas utilizaron varias zonas de la ciudad como lugares para entierros masivos (fosas comunes).
La empresa estadounidense Maxar Technologies también compartió imágenes, que en abril de 2022 mostraban unas 200 tumbas en el noroeste de Manhush, a 19 kilómetros de Mariupol. De acuerdo a las denuncias de las autoridades ucranianas, los rusos buscaban desaparecer de las calles de la ciudad su salvaje mortandad con la construcción de nuevas fosas comunes.
En mayo del año pasado, el alcalde de Mariupol, Vadim Boichenko, reveló que se calcularon 22.000 muertos. “Cada vez más hechos demuestran que las consecuencias del crimen racista son mucho peores. Esto requiere una atención especial de la comunidad internacional, así como la terrible situación de la población local durante la ocupación”, añadió.
La brutalidad de los bombardeos rusos en Mariupol alcanzaron hospitales y escuelas. Además violaron el acuerdo de establecer corredores humanitarios para evacuar a más de 350.000 civiles, según cifras de la Organización de Naciones Unidas, pese a los intentos de los rusos de hacer creer que tales ataques no eran producto de su accionar.