La salud hormonal femenina relacionada a la menopausia se abordó en una serie de charlas en el Rancho San Francisco y Arrayanes, en Quito. Uno de los mensajes más poderosos fue que los desórdenes hormonales no deben asumirse como parte natural del envejecimiento.
La doctora Elisar Eid, experta en medicina funcional, explicó que los síntomas de la menopausia pueden manifestarse incluso hasta 10 años antes del diagnóstico oficial, en la etapa conocida como perimenopausia. Esta transición hormonal, que suele iniciar a partir de los 40 años, puede ir acompañada de sofocos, insomnio, ansiedad, irritabilidad, aumento de grasa abdominal y pérdida de masa ósea.
La menopausia se diagnostica cuando una mujer ha pasado 12 meses consecutivos sin menstruar. Aunque la edad promedio es 51 años, factores como antecedentes familiares, enfermedades autoinmunes, estrés crónico o intervenciones médicas pueden adelantar este proceso.
Desde la medicina funcional se abordó esta etapa como una oportunidad para equilibrar el sistema hormonal a través de estrategias personalizadas. Esto incluye una alimentación antinflamatoria rica en fitoestrógenos, micronutrientes clave como magnesio, vitamina D y omega 3; la práctica de actividad física adaptada al ciclo hormonal, técnicas de manejo del estrés y, en algunos casos, el uso de hormonas bioidénticas con seguimiento clínico.
Entender los cambios hormonales desde una perspectiva integrativa permite empoderar a las mujeres para tomar decisiones informadas sobre su salud y bienestar a largo plazo. “Cada mujer vive su transición hormonal de manera distinta. El objetivo no es solo aliviar los síntomas, sino acompañar al cuerpo a recuperar su equilibrio, fortalecer su metabolismo y prevenir enfermedades asociadas a la deficiencia hormonal”, señaló Eid.
Sexualidad
Un aspecto que pocas veces se aborda con suficiente claridad es el impacto de la menopausia en la sexualidad femenina. Durante la charla, la psicóloga y sexóloga, Claudia Cruces destacó que, si bien los cambios hormonales pueden influir en la libido y en la lubricación vaginal, esto no implica el fin de una vida sexual activa y satisfactoria.
Con el acompañamiento adecuado y estrategias personalizadas, como el uso de hidratantes vaginales, lubricantes de base acuosa, terapia hormonal local o sistémica cuando está indicada, y una buena comunicación en pareja, es posible mantener una vida íntima plena, libre de prejuicios y conectada con el bienestar emocional y físico de cada mujer.
Para cerrar el encuentro, la doctora Estefanía Bedoya, dermatóloga y médica estética, habló sobre la importancia de promover un envejecimiento saludable y consciente. “El envejecimiento es un proceso natural que no podemos evitar, pero sí podemos elegir cómo queremos vivirlo”, afirmó.
Desde el cuidado integral de la piel hasta la adopción de hábitos que favorecen la salud física y emocional, existen múltiples herramientas para hacer de esta etapa una experiencia positiva y enriquecedora.