No importa si están sin un brazo, cabeza, pierna o si no tienen color, la familia Medina se encarga de dejar intactas las figuras religiosas que se colocan en los pesebres.

Desde hace 50 años ellos vienen ofreciendo este servicio a los guayaquileños. En su local ubicado en las calles 38 entre la B y la C, suburbio de Guayaquil, no solo restauran imágenes, sino que también las fabrican.

Luis Medina se ha dedicado por casi 50 años en esta profesión.

El yeso, resina, cerámica y vidrio son sus aliados en la elaboración de las figuras. Sus tamaños varían, incluso han creado esculturas para iglesias, comentó Luis Medina, de 59 años, quien trabaja en el negocio familiar con sus cinco hijos, tres mujeres y dos varones.

Según Luis, Lucrecia, Luisa, Luis, Jhon y Sugey se han convertido en el pilar del negocio, debido a que han sabido acoplarse al trabajo. “Aquí hay para todos. Cada uno coge su pieza para arreglarla sin peleas”.

Sus hijos son parte del negocio familiar.

Luis heredó el emprendimiento de su padre José Medina. Cuenta que en ese tiempo realizaba los moldes de las imágenes en cemento con solo el cincel. Ahora usan caucho y charpa o agarraderas, lo que les permite terminar rápido.

Al día elaboran 60 figuras. Una de 30 centímetros termina de secarse en 10 minutos y luego pasa al proceso de pintado. En el caso de las restauraciones, esta va a  depender del daño. Si solo son fisuras, dura un día, pero si es más complejo puede ser hasta tres días.

También realizan esculturas para las iglesias.

Luis se siente pleno al saber que el negocio no se perderá y que sus hijos continuarán con la tradición de restaurar y fabricar las imágenes religiosas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *