Las motos o motonetas eléctricas se comercializan en varias partes de Guayaquil. Su precio económico atrapa a los compradores, sin embargo, su uso no está regulado y ha generado varios accidentes.
No llevan placas y tampoco una restricción de números de pasajeros. Esto ha ocasionado que en estos vehículos viajen hasta más de dos personas y circulen por sitios no permitidos.
“Circulan en media calle. Uno tiene que avanzar lejos de ellos por temor a tocarlos y que se caigan al suelo”, indicó Rolando Vera, taxista formal, quien ha tenido varios inconvenientes con dichos conductores.
Un claro ejemplo es lo ocurrido el 17 de enero en la ciudadela Los Álamos, norte de Guayaquil. Una fémina iba en el vehículo con dos estudiantes, uno de ellos cae al asfalto cuando la moto estaba en movimiento. El incidente no pasó a mayores.
Los conductores aseguran que no existen controles a estos vehículos, pese a los accidentes que han dejado víctimas mortales. Tal como sucedió en junio pasado, cuando una mujer murió tras ser arrollada por un bus urbano, en las calles Gallegos Lara y Gómez Rendón.
“Es un vehículo bastante vulnerable”, así catalogó Luis Lalama, director de Control de Tránsito de la ATM, a las motos eléctricas que circulan en la ciudad.
El funcionario explicó que al ser vehículos a motor deben ser matriculados y se los puede sancionar como cualquier moto. Sin embargo, por el momento están en la fase de socialización y después realizarán los controles y multas.
Deben tener placa, usar casco homologado y portar licencia de conducir, indicó Lalama.
Aseguró que trabajarán en la regulación de estas motos, con el fin de que los locales vendan estos vehículos con los papeles en regla.