La producción de banano en Ecuador y América Latina enfrenta una amenaza. Se trata de la plaga del moko (Ralstonia solanacearum raza 2), una de las enfermedades bacterianas más destructivas para los cultivos de musáceas. Su rápida propagación a través del suelo, el agua y herramientas contaminadas ha generado pérdidas millonarias en la industria, afectando la calidad del fruto y reduciendo drásticamente los rendimientos.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el moko del banano puede disminuir la producción hasta en un 80 % si no se implementan estrategias de manejo efectivas. Esta bacteria penetra el sistema vascular de la planta, bloqueando el transporte de agua y nutrientes, lo que provoca su marchitamiento y muerte. Debido a su persistencia en el suelo, los terrenos infectados pueden perder su capacidad productiva por años, agravando la crisis del sector.
Afectación
De acuerdo a Agrocalidad, la plaga ha perjudicado 2.634 hectáreas de plantaciones de banano en 8 cantones de Los Ríos, una de las principales provincias productoras de esta fruta. Quinsaloma, Buena Fe y Baba predominan el foco infeccioso.
Exportaciones
El volumen exportado de esta fruta aumentó un 1,42 %, que generó más de $ 3.600 millones en 2024, comparadas con el 2023. Según la Asociación de Exportadores de Banano, la tendencia de crecimiento se mantiene en los últimos 2 años, a pesar de que todavía no logra los niveles de 2020 y 2021. La Unión Europea se mantiene como principal mercado.
Cumbre de Banano
Ante este panorama, expertos han desarrollado nuevas estrategias sostenibles para mitigar el impacto del moko y evitar la expansión de la bacteria. Estas incluyen el control biológico, microbiología del suelo, bioprocesos sostenibles, monitoreo y prevención.
Durante la Cumbre de Banano 2025, que se desarrollará en Ecuador del 28 al 30 de abril en el Centro de Convenciones de Guayaquil, se presentarán avances en el manejo integrado del moko en la producción de banano. Uno de los ponentes será el especialista brasileño en biotecnología agrícola, Nilson Oliveira.