A finales de la década de 1970, el capricho del narcotraficante Pablo Escobar comenzó con 4 hipopótamos, provenientes de África o Estados Unidos, para acompañar a los elefantes, jirafas y antílopes en el zoológico privado de su finca en el oeste de Colombia.

Los animales deambulaban libremente, tras la captura de Escobar en 1991. Lo que al inicio eran 3 hembras y un macho, ahora esa cifra supera los 130 ejemplares.

Aunque no son nativos de América del Sur, esta especie se asentó en el río Magdalena, en el centro de país. Los herbívoros devoran la vida vegetal, lo que ocasiona el desplazamiento de animales nativos, amenaza de personas y contaminación del suelo y el agua.

El Ministerio de Medio Ambiente de Colombia considera que es una “especie invasora” , además que prohibió su reproducción y comercialización. Pero el debate sobre si conservarlos o matarlos se remonta a décadas.

Una vez que empiecen a atacar y matar gente, todo cambiará.

David Echeverri, de la agencia ambiental regional Cornare

Las autoridades del departamento colombiano de Antioquia, donde se encuentran Medellín y la hacienda de Escobar, planean capturar alrededor de 70 de los animales y enviarlos a santuarios en India y México.

Sesenta serán trasladados en avión al Centro de Rehabilitación y Rescate Zoológico Greens en Gujarat, India. Otros se tienen previsto llegar a México, Ecuador, Filipinas y Botswana.

La planificación para la reubicación comenzó hace un año y medio. Sara Jaramillo, una empresaria colombiana que trabaja en bienestar animal, preguntó al Santuario Ostok en Culiacán (México), hogar de alrededor de 400 animales, incluidos venados y jaguares, si estaban interesado en tomar algunos de ellos.

“Empezamos a buscar recursos y hacer arreglos. No todos están dispuestos a transferirlos y conservarlos”, dijo Ernesto Zazueta, presidente del Santuario de Ostok. En la organización se prepara una instalación para mantener a los 10 hipopótamos fuera de la vista del público, ya que no estarán sueltos para evitar lo sucedido en Colombia.

Enviar hipopótamos al extranjero será costoso. Zazueta también actuó como enlace entre Colombia y el santuario indígena. Dijo que las autoridades alquilarán aviones de carga, capaces de transportar de 20 a 30 hipopótamos, de la compañía bielorrusa Rada Airlines. Un vuelo a México podría costar $400.000; a la India, serán $900.000.

Cada hipopótamo estará dentro de una caja especial de madera que podría costar hasta $10.000. Mantener a un individuo cuesta aproximadamente $2.500 por mes.

Los hipopótamos, considerados como uno de los animales más peligrosos del mundo, son capaces de matar a un humano con un solo mordisco, responsables de unas 500 muertes cada año. Los expertos calculan que en 2034 habrán 1.400 en Colombia.

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