Desde su niñez, el circo fue su entorno, no conoció otra cosa. Colgarse en los árboles y saltar en la cama era lo suyo. Así se formaba Jerry Navas, el trapecista ecuatoriano, nacido en Santa Rosa, provincia de El Oro, quien es la quinta generación de los Navas circenses y hace una década trabaja en el Circo del Sol, el más famoso del mundo.
Empezó sus maromas a los 8 años de edad. Él le dijo a su padre, de quien adquirió su nombre, que él quería ser payaso, pero un tío (fallecido) le enseñó a realizar piruetas en una especie de columpio de soga el cual estaba ubicado a dos metros de altura.
Dos años después le comentó a su progenitor que el trapecio era muy fácil. Su padre le puso un reto, que se trepara en la plataforma. Subió y lloró al ver la altura, unos 8 metros. Se quiso bajar, pero su hermano Elio (tres años mayor que él), se impacientó y lo empujó, desde entonces no se quiere bajar del trapecio.
Aunque también fue el ‘hombre orquesta’ como su padre, fue payaso, hizo trampolines, la cama elástica, caminó en el péndulo de la muerte, realizó acto ecuestre y el alambre, pero su pasión fue y es el trapecio.
Recorriendo el mundo
A través de su arte recorrió varios países. A los 15 fue a Colombia con su madre, fue al circo mexicano de los Hermanos Gasca. En los 90 fue parte del circo de Kiko, allí permaneció 5 años.
Posterior a ello tuvo la oportunidad de trabajar en Malasia, con su hermano Elio. Fueron contratados por The Royal London Circus, estuvieron por tres años y medio laborando en Kuala Lumpur. A Jerry se le terminó el contrato y retornó a Colombia, luego a Ecuador, para trabajar en el Circo de Italia, de los hermanos Granda, donde por dos años brindó funciones.
Después, en 2002, el Universoul Circus (Estados Unidos) se interesó en sus acrobacias y arte; dos años recibió aplausos en Norteamérica.
Allí hacían una pirámide de siete personas (4 abajo, 2 en medio y 1 en la cúspide), tenían que caminar sobre el alambre.
Venezuela fue el siguiente destino, fue parte del circo Hermanos Valentino por tres años. Después llegó el gran salto hasta el circo Soleil.
El cazador de talentos
Sus hermanos estaban en el circo mexicano de los Hermanos Vásquez y hacían el acto del trapecio; un descubridor de talentos del Circo Soleil los vio y les gustó, pero necesitaban a un reemplazo por si alguien se lesionaba.
La propuesta era en Tokio, Jerry no quería, pero su esposa Mónica Mitrovitch y su suegra lo convencieron de esta gran oportunidad.
Estando en la capital japonesa, Jerry y su familia sobrevivieron al terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011. Luego fueron a Las Vegas, donde actualmente residen.
Lo más duro de su carrera
Ver el accidente de su hermano Elio, el 26 de noviembre de 1996. Fue en Malasia, calcularon mal las distancias del trapecio a la red. Él cayó de cabeza en la red y quedó cuadrapléjico.
Jerry también ha pasado por serias lesiones. A los 12 se fracturó las muñecas. Cinco años después, en Colombia, practicaba el acto de la rueda de la muerte (camina dentro de una rueda metálica), y su cuerpo se salió de la esfera, rodó por la estructura. En 2015, tuvo una rotura muscular en su pierna izquierda; un compañero lo volteó mal en el aire y todo el peso lo recibió en esa extremidad.
Lo tiene en la sangre…
Ganar un premio en el Festival Internacional del Circo de Montecarlo (Mónaco) es el sueño de todo artista circense. En dicha competencia participan solo los más destacados exponentes. Y el tío de Jerry, Wilfrido Navas, obtuvo un Clown de plata en dicho evento. Este galardón es como el Óscar del circo.