Estado de excepción y creación del bono de arrendamiento de vivienda fueron las acciones dispuestas por el presidente Guillermo Lasso, tras el fuerte sismo registrado el 18 de marzo.
Pasadas las 13:12, un movimiento telúrico de magnitud 6.5 sacudió a al menos 13 provincias, entre esas, Guayas, Azuay, El Oro y Chimborazo. El epicentro fue a 29.12 kilómetros de Balao.
Casas, edificios, escuelas y hasta carreteras tuvieron afectaciones por el fenómeno natural. El presidente Lasso informó que 14 personas fallecieron y 461 resultaron heridas a causa de los incidentes en infraestructuras.
Uno de los principales casos que se dieron a conocer fue la caída de la fachada de una vivienda sobre un vehículo que circulaba por las calles Sucre y Tarqui, en Cuenca. Una persona murió en este hecho. Fue identificada como Jhon González.
Otro fallecido fue en la vía Cuenca-Molleturo-El Empalme. El colapso de una vía en el sector de Suro provocó la muerte de Milton Gutama, de 48 años.
Cinco personas fallecieron, tres adultos y dos niños, tras la caída de una casa de caña al estero, en el barrio 4 de Abril de Puerto López, en Machala, El Oro.
Esta provincia fue la más afectada. Allí también fallecieron otras tres personas por el colapso de una vivienda de construcción mixta en la calle Boyacá y Juan Montalvo.
El primer mandatario anunció el estado de excepción, sin restricción de derechos, con el fin de acelerar la atención de las zonas afectadas por el sismo y temporal invernal.
También indicó que adquirirán casas ya construidas para dar solución rápida a las familias que perdieron sus domicilios. Esto como parte del bono de arrendamiento de vivienda. En total fueron 192 casas afectadas y 89 destruidas.
Mónica Segovia, experta sismóloga del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, aseguró que sí el sismo hubiese sido en Guayaquil los daños habrían sido más graves, debido a que hay sectores en zonas vulnerables y con suelos no compactos y blandos.
Recalcó que la energía liberada no es la total y que se sigue acumulando, tras el terremoto del 16 de abril de 2016 ocurrido en Pedernales. “Si la energía se libera ocasionará un sismo más grande”, dijo.
En Guayaquil, 66 inmuebles entre edificios y viviendas sufrieron daños a causa del sismo. Cinco de las casas están destruidas, entre ellas, una ubicada a la orilla del Estero Salado, sur de la urbe.
Allan Hacay, director de Gestión de Riesgo Municipal, indicó que dicha vivienda se encontraba en un sitio prohibido. Además, resaltó que los problemas en los otros inmuebles se deben a la antigüedad y falta de mantenimiento.
En el caso de Puná, 12 casas colapsaron, 10 en Campo Alegre y dos en Puerto Salinas.