Guayaquil tendrá su primer observatorio climático que permitirá generar información y alertas con antelación, ante la ocurrencia de un evento extremo que produzca inundaciones. En esa línea, la ciudad cuenta ya con un Fondo Municipal para la Gestión de Riesgos y Atención de Emergencias (FMGR).

Así se dio a conocer en el foro ‘Repercusiones del Fenómeno El Niño en Guayaquil’, organizado por el Municipio de Guayaquil, la Empresa Pública Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Emapag) e Interagua.

Fernando Cornejo, presidente de la Empresa Pública para la Gestión de Riesgos y Control de Seguridad de Guayaquil (Segura EP), explicó que este observatorio permitirá localizar precipitaciones y calcular cuál será la trayectoria de cada una, teniendo en cuenta los datos de la red de sensores hidrometeorológicos. “Generará información climática suficiente para planificar el Guayaquil del futuro”, destacó.

Además se identificaron las zonas urbanas más vulnerables como Ciudad de Dios, Monte Sinaí, Socio Vivienda 2, Margen del Estero Salado, Urdesa Central, Miraflores, Samanes y Sauces. A esto se suman las zonas rurales como Posorja, San Isidro, Puna, Tenguel y Cerecita.

En cuanto al plan de limpieza, 42 canales registran un 77% de avance. El plan macro de mantenimiento de drenaje pluvial arrancará en octubre. Como parte de la mitigación, la Dirección de Aseo Cantonal, Mercados y Servicios Especiales supervisa la limpieza del Estero Salado, donde se recolectan 40 toneladas diarias de desechos.

Durante el evento, Gino Passalacqua, científico experto en oceanografía y en ciencias del clima, advirtió que el mundo en el que se desarrolla El Niño ya no existe. Considera imprescindible identificar fuentes de información adecuadas, saber utilizar la información provista y modelos predictivos que consideren las variables existentes, puesto que tan solo con estadísticas no es posible hacer previsiones, si estas representan un status quo hoy inexistente. 

“El calentamiento global nos ubica en un sistema en el que la redistribución del calor en el planeta ha cambiado considerablemente, por lo que no es comparable este evento a otros anteriores. Los cambios de temperatura en el planeta afectan la circulación atmosférica y oceánica, en consecuencia, a la evolución de El Niño. La anomalías en la temperatura del mar han llegado a niveles nunca antes vistos”, explicó Passalacqua.

María del Pilar Cornejo, directora del Centro Internacional del Pacífico para la Reducción del Riesgo de Desastres, mostró datos sobre la ocurrencia de este fenómeno y sus efectos en Ecuador, así como la implicación del estado de alerta actual (naranja). Dijo que en la región se prevé daños en vías y riesgo de inundaciones en zonas agrícolas, ubicadas en la cuenca del Guayas, lo cual afectaría la seguridad alimentaria.

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