Las vivencias del internado, cuando era estudiante de medicina, le permitió a Mario Iannuzzelli (30) publicar su primer libro ‘La última rueda del coche’. Durante 8 meses, se dedicó a escribir la obra, que narra los desafíos y las emociones que sintió en el hospital.

Tanto en programas de televisión o en series, a los internos siempre se los describe de una forma diferente al resto. En la realidad pasa lo mismo y por eso Iannuzzelli escogió el nombre de su libro, ya que el interno es «lo último de la cadena hospitalaria».

El hospital tiene una jerarquía. Al final está el interno, es la última rueda del coche. Hasta el camillero trata mal. Ese es la realidad en Ecuador.

En una entrevista con el Periódico D’Una, el galeno recordó sus primeros días como interno. «Fueron llenos de nerviosismo y sin saber qué pasaba. Pero el primer día no están haciendo algo médico, ya que estás en inducción con internos de otras universidades», contó.

Lo cumbre ocurrió durante su cuarto día de inducción, cuando un amigo que ya tenía 6 meses como interno lo llamó para ofrecerle participar en una cirugía. «Vamos a entrar a operar un prolapso uterino, por lo que el doctor necesita otro interno más», recuerda de la llamada.

En medio del miedo y las ansias por estar en quirófano, una emergencia fue la excusa perfecta para salir de una aburrida charla y encontrarse con su amigo Alfredo en el quirófano de ginecología. El arrepentimiento pasó a segundo plano cuando sintió la adrenalina del momento.

Colocarse la indumentaria quirúrgica y aparecer por primera vez en un parte quirúrgico fue su bautizo. Durante su rotación en cirugía, el especialista a cargo bombardeó de preguntas que hizo que «el espíritu médico se fue al piso».

Entre sus anécdotas está cuando se cortó con el bisturí en plena intervención, la mancha de sangre en sus zapatos por un tumor del tamaño de una pelota de fútbol y el paciente herido con 2 impactos de bala en el diafragma y el bazo por una riña con otro venezolano.

Aunque esta profesión estuvo en su mente, no fue su primera opción. En su niñez soñaba con ser futbolista, abogado, ingeniero y hasta astronauta. Su desempeño académico en la adolescencia y lo que implica seguir esta carrera lo llevó a estudiar economía antes que medicina.

«Siempre quise estudiar medicina, pero me daba miedo por demasiado tiempo y estudio. Estuve en economía por 2 años, hasta que me di cuenta que no podía seguir allí», cuenta.

El apoyo de sus colegas es vital. «Todos los médico me han apoyado. Me han escrito por el libro. Creo que algunos médicos quisieron hacer lo mismo», indica. Recuerda con nostalgia al doctor Gastón Cabezas, quien plasmó sus vivencias cuando realizó la rural y fue la motivación para contar su momento del internado.

En la actualidad, Mario publicó su segundo libro llamado ‘Neuraverso’, totalmente diferente al primero. Ahora habla sobre una realidad de ficción que transcurre en 2034, en una ciudad automatizada y donde un experto en inteligencia artificial busca vengar el daño de su esposa.

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